Manuscritos y archivo

La singularidad de la biblioteca de manuscritos no reside tanto en el impresionante número de los 5.000 códices manuscritos, sino principalmente en la variedad de escrituras de los manuscritos, de las cuales las más numerosas son las escritas en griego, y en la multitud de estas mismas lenguas. Encontramos manuscritos en griego, árabe, siríaco, georgiano, eslavo, algo de armenio, latín, persa, polaco, etíope y copto. Esta multitud de lenguas refleja la larga y agitada historia del monasterio, así como su actividad espiritual en otras tierras, donde el monasterio también poseía prósperas dependencias.

Un aspecto importante de varios manuscritos es su datación, que a veces se remonta a la Antigüedad tardía. Entre los manuscritos griegos destaca el notable Codex Sinaiticus [18.2], del siglo IV, así como casi un centenar de manuscritos escritos en letra mayúscula (siglos VIII-XI). En la colección de manuscritos griegos se puede encontrar una gran variedad de estilos de escritura, hasta el punto de que se podría decir que estudiando sólo los manuscritos del Sinaí se puede trazar la historia y el desarrollo de la escritura griega, desde el siglo IV hasta la invención de la imprenta e incluso más tarde. Un gran número de manuscritos destacan también por sus abundantes iluminaciones.

La mayoría de los manuscritos griegos son de contenido religioso cristiano. La biblioteca contiene manuscritos de la Sagrada Biblia en diversas presentaciones, manuscritos de Liturgias Sagradas y Servicios Divinos, entre los que también se encuentra la famosa Kontakaria del Sinaí. También hay manuscritos de los escritos de los Padres de la Iglesia y otros escritores bizantinos, y muy pocos manuscritos más antiguos (anteriores a los siglos XIII-XIV) de obras de autores griegos antiguos. Los manuscritos cristianos fechados en árabe más antiguos que se conocen datan de 859 y 867, mientras que la mayor parte de la colección de manuscritos árabes data del periodo comprendido entre los siglos IX y XIII.

Entre los manuscritos siríacos destaca el Códice Sinaiticus Syrus, que contiene la traducción siríaca más antigua conocida de los Santos Evangelios [19.2].

Otros manuscritos destacables son la única traducción siríaca de la Apología de Arístides y una traducción del siglo VI de los escritos de Pseudo-Dionisio el Areopagita. Otra colección importante es la de los manuscritos georgianos, cuyas obras se remontan al primer periodo de la literatura georgiana (siglo IX) [20.2].

También es valiosa la colección de ochenta manuscritos eslavos. Esta colección conserva parte de la literatura eslava temprana de los siglos X-XI hasta el periodo bizantino tardío. Varias de estas obras fueron escritas en la escritura glagolítica creada por los hermanos Cirilo y Metodio para transcribir las Sagradas Escrituras en lengua eslava [20.4].

Los rollos de papiro -ciento veinticinco partes y veintidós fragmentos- también sirven para conservar textos importantes. La Biblioteca del Sinaí figura entre las bibliotecas más importantes que contienen colecciones de rollos de papiro. Varios de estos rollos datan del siglo VI. Parece que desde el siglo XI al menos, si no antes, existía en el monasterio un scriptorium para la copia de manuscritos, y no sólo los escritos en griego.

Los manuscritos del Sinaí conservan los nombres de autores famosos que trabajaron no sólo en el Sinaí, sino también en otras zonas, como el sur de Italia, Sicilia, Belén, Jerusalén, Damasco, Trebisonda, etc. A pesar de los diversos asaltos y devastaciones, la biblioteca conserva gran parte de sus inestimables tesoros, es decir, sus manuscritos como muestra del helenismo, la ortodoxia y la cultura en general. La Biblioteca del Monasterio posee un rico archivo que contiene referencias de códices catalogados, documentos sueltos, cartas, etc., del Monasterio, de sus dependencias y de los gobernantes de varios países, en varios idiomas. Los documentos en griego datan del siglo XV en adelante, y contienen valiosa información sobre la historia del monasterio, la región circundante y asuntos religiosos en general.

El archivo de documentos en escritura árabe, ya sea árabe o turca, es igualmente rico. Se trata de documentos que conceden privilegios y protección al monasterio, a sus monjes y al viaje seguro de los peregrinos. Aquí también se encuentran numerosas copias, inscritas en distintas épocas, del Ahdname, es decir, el primer documento de protección del monasterio emitido por el propio profeta Mahoma [29.1, 29.2].