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La Madre de Dios, en su representación iconográfica de la Hodegetria, sostiene a Cristo sentado, sobre su brazo derecho, e inclina la cabeza hacia él expresándole su afecto. Su expresión es de profunda tristeza, que alude a la Pasión divina, mientras que su rostro amable refleja la evolución actual del enfoque teológico de lo divino y su representación artística. A pesar de las inscripciones griegas -la Madre de Dios se llama πυρφόρος ("portadora del fuego"), una referencia a la Zarza Ardiente-, la influencia del arte occidental es evidente tanto en las expresiones faciales como en otros detalles individuales. El icono fue pintado en el monasterio.


Témpera sobre madera
74,7 Χ 52,8 cm
Último cuarto del siglo XIII

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