Dependencias del Monasterio del Sinaí
Dispersas por todo el mundo, han apoyado la vida y la tradición monásticas.
Durante la temprana dominación bizantina de Egipto, el breve periodo que comenzó en la década de 550 y terminó aproximadamente en la de 630 había sido sin duda la época dorada del monacato y el semiheremitismo del Sinaí. Durante ese periodo, tanto los emperadores bizantinos como sus representantes administrativos en Egipto se habían preocupado por el sustento de los padres del Sinaí. Tanto los monjes como los eremitas se sentían libres de impedimentos y ataques externos, por lo que podían mantener pequeños huertos y jardines cerca de sus monasterios y ermitas.
A medida que aumentaba el número de musulmanes en Egipto, los monjes abandonaron los desiertos del Sinaí y se retiraron a la iglesia y la fortaleza del monasterio, que habían sido erigidas por el emperador Justiniano (527-565 d.C.) casi un siglo antes.
Para hacer frente a las dificultades causadas por las incursiones durante los años siguientes, el arzobispo junto con los padres del Sinaí decidieron buscar nuevas fuentes de sustento más allá de la península del Sinaí. Así, apelaron a la generosidad de los cristianos de todo el mundo, que gustosamente extendieron su ayuda al Sinaí. De ahí surgieron las llamadas zities ("peticiones"), que dieron lugar a la fundación de las primeras instituciones, la mayoría de las cuales crecieron hasta convertirse en dependencias del monasterio del Sinaí. Aparte de las limosnas y benefacciones inmediatas, muchos cristianos de Oriente y Europa ofrecieron también parte de sus propiedades, bien por reverencia al Sinaí, bien para evitar que fuera confiscado por los conquistadores. Según el Achdname del Profeta del Islam Mahoma, un tratado legítimo que fue ratificado, según la tradición, por el propio Mahoma, el Sinaí quedó exento de toda tributación e intervención estatal. En plena sintonía con esa cuestión, algunos monasterios enteros de Grecia optaron por ponerse bajo la jurisdicción del monasterio del Sinaí. El Andromonastiro, es decir, el monasterio de Andronicos, cerca de Kalamata, y el monasterio de Taxiarches, cerca de Epidauro, son ejemplos de tales dedicaciones.
Además, emperadores de Rusia y Georgia, así como príncipes de los principados de Mol- davia y Valaquia, donaron aldeas enteras y monasterios con extensos terrenos, como en el caso del monasterio de Sinaia y sus alrededores, en la actual Rumanía. Sin embargo, mediante donaciones al Sinaí tanto por testamento como por escritura, u otras adquisiciones realizadas por los propios monjes del Sinaí cuando viajaban al extranjero, se fue creando el conjunto de las dependencias del monasterio que, a finales del siglo XIX, superaban el centenar. Los padres del Sinaí dispusieron que las dependencias más importantes recibieran sigillia ("sellos") patriarcales, que les otorgaban el estatus de autonomía estavropégica, como en el caso de la dependencia del Sinaí en Constantinopla, del siglo XVII, para la que el Patriarca Ecuménico Dionysios emitió un sigillio.
Se cree que la dependencia más antigua conocida del monasterio del Sinaí es la que se encuentra en Juvania, un barrio del antiguo El Cairo, fundada en el siglo X u XI, es decir, poco después del establecimiento de la dinastía fatimí en Egipto. Le siguió la creación de una dependencia establecida hacia el año 1033 en Tréveris, por aquel entonces dentro de la frontera de Francia, por el monje Symeon del Sinaí, conocido como Pentaglossos, ya que hablaba cinco lenguas. Siguió el establecimiento de la famosa dependencia de Santa Catalina de los monjes del Sinaí en Candia (actual Heraclión), en Creta, cuyo señorío fue reconocido oficialmente por los gobernantes venecianos de Creta en 1212.
Por la misma época, el Papa Honorio III, en un decreto fechado en el año 1217, reconoció oficialmente la propiedad territorial del monasterio del Sinaí en Egipto, Palestina, Siria, Chipre, Creta y Constantinopla. Sin embargo, el núcleo de las dependencias del Sinaí se formó más tarde, durante los siglos XVIII y XIX, no sólo dentro de los confines del Imperio Otomano, sino también fuera de él, en Rusia, el Cáucaso y hasta la lejana India.
Hoy en día, la imagen de las dependencias del monasterio del Sinaí en cuanto a número y función ha cambiado por completo. Un pequeño porcentaje de ellas permanece bajo el control del monasterio, y pocas siguen teniendo un monje del Sinaí como guardián o custodio. La terrible plaga de la escasez de nuevos monjes, que ha afligido al desierto del Sinaí durante años, ha afectado en gran medida tanto al Santo Monasterio del Sinaí como a la presencia y actividad mundial del Sinaí que existió hasta mediados del siglo XX a través de sus numerosas dependencias. MD